En la clase pasada, un grupo hablaron sobre un fragmento de
La favela de Carolina María de Jesús. Ella escribió este diario sobre las favelas, que significan los barrios o villas miserias, que ellas vivía en Sao Paulo.
Las favelas me recuerdan a las casas en los barrios de Tres Ríos, Costa Rica (cerca de San José) cuando fui con un grupo medico para ayudar a la gente. Aunque no pienso que donde estábamos no había mucho crimen o peligro como las favelas de la novela, la pobreza allí fue el mismo. La gente no tienen muchas cosas. Cuando ellos vinieron al iglesia donde nosotros estuvimos tener la clínica de salud, la mayoría de la gente nunca ha visitado un doctor.
Un situación en particular toco mi corazón: Un chico que tenía más o menos 14 años vino con su mamá a ver nosotros porque la piel de él fue cubrido en puntos rojos que le pica mucho. Después de consultar con el doctor que nos estaba ayudando, él dijo que los puntos fueron picaduras. La única cosa que él necesitado fue repelente pero su mamá indicó que no pudo permitir comprarlo. Mi corazón rompió porque tenía dos cosas de repelente en mi mochila simplemente por este viaje. Dí uno al chico y él y su mamá lloraron por alegría y me dieron besos y abrazas.
Es increíble que las cosas que nos aparecen pequeños son cosas importantes para otras personas que no viven en el mismo manera y no tienen muchas cosas. Este viaje abrió mi mente y mis ojos a las vidas diferentes en el mundo y me da la influencia a viajar más en el futuro para ayudar la gente y ver el mundo.